China, Keynes y la Crisis Económica
Una buen número de analistas creen que la situación económica mundial se seguirá deteriorando a gran velocidad. Para los más pesimistas existe un 20% de probabilidad de un escenario mundial funesto con las siguientes características: el desempleo aumentará a niveles desproporcionados – mas del 20% en Europa y Estados Unidos – , la fuerza pública será incapaz de controlar la rebelión civil, resurgirán guerras en diferentes partes del planeta, habrá hiperinflación y catástrofe monetaria – deterioro incontrolable de todas las monedas. Bajo ese escenario los ricos poseerían oro físico para poder transportarlo (no valdría nada tener certificados) y se refugiarían en países lejanos como Uruguay o Nueva Zelanda. Como dato curioso, en los últimos meses las ventas de armas y cajas fuertes se han triplicado en algunos países desarrollados.
Sin embargo, el 28 de Enero en el Foro Económico Mundial en Davos, el Primer Ministro de la República Popular China, Wen Jiabao, envío un mensaje esperanzador al mundo. El líder mencionó que se han empezado a observar pequeñas señales de recuperación económica en su país. La intervención del Primer Ministro Jiabao estaba llena de confianza, coraje y esperanza pero también criticó duramente el modelo de desarrollo basado en bajos niveles de ahorro, desmedido consumo y la irresponsable expansión de instituciones financieras en su afanosa persecución de lucro. También recalcó la falta de regulación de los gobiernos, especialmente ante los derivados y otras innovaciones financieras.
Wen Jiabao explicó que el plan de choque de China consiste en cinco acciones concretas:
En primer lugar, el gobierno decidió crecer sus inversiones durante dos años por un valor aproximado del 16% del PIB. Estas inversiones serán dirigidas principalmente a subsidio de vivienda rural, construcción de vías de ferrocarril, proyectos de protección del medio ambiente y otros programas de infraestructura.
Segundo, China redujo sus intereses y amplió la liquidez del sistema bancario, aliviando así la carga financiera de las empresas. Su mayor énfasis será en la optimización de su estructura crediticia y la ampliación de los préstamos a las pymes.
El tercer elemento de la estrategia de recuperación económica será la reestructuración industrial. Esta persigue fundamentalmente la fusión y reorganización de industrias claves como la automotriz y el acero, y la aplicación de nuevas tecnologías para mejorar la oferta de productos.
El cuarto elemento será el énfasis en innovación, ciencia y tecnología. La República Popular de China se enfocará en 16 proyectos para obtener nuevos descubrimientos científicos y lograr clusters industriales con alto contenido tecnológico.
La quinta y última estrategia consiste en una ampliación significativa en los niveles de seguridad social. China aumentará la asistencia a familias rurales, el seguro de desempleo, y reformará el sistema de salud para lograr, en un máximo de tres años, el acceso de la totalidad de la población a servicios médicos básicos.
Estas medidas están dirigidas, no solo a aliviar los síntomas de la crisis, sino a atacar las causas, y persiguen el crecimiento económico, el mejoramiento de las condiciones de vida de toda la población y un desarrollo ambientalmente sostenible a largo plazo. Según Wen Jiabao los esfuerzos de su gobierno contribuirán a la seguridad financiera y al crecimiento económico global.
En Davos el Premier Chino le propuso al mundo la adopción de un régimen comercial justo y abierto en el mejor espíritu de las rondas de Doha. Señaló que regresar a prácticas proteccionistas no harían sino agravar la crisis y desmejorar las condiciones de vida de la gente. Jiabao propone avanzar más rápidamente en la liberalización del comercio.
Jiabao también instó proteger a los países en vías de desarrollo. Los países ricos deben asumir su responsabilidad por originar esta crisis y mitigar sus efectos en los países pobres, ayudándoles a mantener la estabilidad financiera y el crecimiento económico.
Las políticas de Jiabao tienen mucho en común con las de Barack Obama, Nicolás Sarkozy, Angela Merkel, Taro Aso y demás líderes del mundo desarrollado quienes, además de expansión monetaria, han acudido a masiva intervención fiscal para sacarnos del morrocotudo lío en que nos metieron. Claro, en desplomes económicos de esta magnitud, toca esconder la mano invisible que aparece irresponsablemente en las bonanzas y sacar la billetera Keynesiana con todo su arsenal de políticas progresistas.
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