Las mejores empresas sociales tienen
una misión clara y unas estrategias efectivas para alcanzar sus metas. También tienen
muy claros sus principios y valores. Entre estos, hay tres que no pueden faltar:
respeto, paciencia y dignidad.
El respeto es la consideración, aprecio y reconocimiento que se tiene por una persona,
organización o idea. Desde el punto de vista práctico, tener respeto es incluir
a los participantes en el diseño, creación, y desarrollo de los proyectos. Respetar
es co-crear soluciones desde la base con los participantes, no imponerlas desde
arriba. No se trata de entregar
soluciones mágicas a los problemas, sino de lograr que se desate el gran potencial
humano que los pueda resolver.
Todo
proyecto debe integrar a los miembros de la comunidad y estimular su
participación activa. Los buenos proyectos integran la cultura comunitaria, sus
propias historias, reglas y hábitos. Para este propósito es fundamental conocer
a la gente, sus intereses y anhelos, y entender las relaciones que existen
entre sus diferentes actores.
Paciencia
es la actitud que permite soportar contratiempos y dificultades para alcanzar
una meta. Paciencia también es perseverancia. Las organizaciones sociales saben
que toma tiempo alcanzar logros definitivos y sostenibles. El desarrollo social
es una carrera de larga distancia, no un sprint. Nos corresponde tener paciencia,
consistencia y convicción para lograr verdadero cambio social. Los ciclos y
dinámicas políticas suelen tener tiempos más cortos, por lo cual no siempre los
políticos se alinean con las soluciones de fondo, como sí lo pueden hacer las
empresas sociales.
La
dignidad es la estima que tiene una persona de sí mismo y que merecen tener todas
las personas. Este valor es fundamental para las empresas sociales porque les
permite orientar su trabajo a resolver las causas de los problemas, no solo al
alivio de los síntomas. La idea es encontrar soluciones que liberen a las personas
de dependencia asistencialista, la cual indigna y humilla.
Empleando
los valores de respeto, paciencia y dignidad las empresas sociales tienen
mayores posibilidades de llenar los vacíos que dejan los gobiernos y las
empresas privadas en su afán de construir sociedades más incluyentes y menos
desiguales.
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