Deporte, Desarrollo y Paz
Todo cuanto sé
con mayor certeza
sobre la
moralidad y las obligaciones
del hombre, se
lo debo al fútbol.
Albert Camus
El 23
de Agosto de 2013 la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante
resolución 67/296 proclamó el 6 de Abril como el Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz. Por
medio de esta resolución se exhortó a todos los países a que desarrollen
políticas que aprovechen las inmensas posibilidades pedagógicas del deporte
para construir desarrollo y paz. La sociedad civil, incluyendo las
organizaciones no gubernamentales, piden observar este día y crear conciencia
sobre la importancia del deporte para mejorar el bienestar de los pueblos.
El
deporte con contenido formativo es de gran ayuda para mejorar oportunidades de
vida de personas económica y socialmente excluidas. Cuando se practica en espacios
seguros el deporte permite construir relaciones positivas y desarrollar
confianza y auto estima. El deporte puede abrir las puertas a las oportunidades
y ayudar a los más vulnerables en sus procesos de integración social.
El
deporte también es utilizado para resolver problemas de género y promover nuevas
masculinidades. La práctica del deporte con énfasis en género mejora la
percepción que los niños y jóvenes tienen de las mujeres y sus capacidades.
Además, el juego le permite a las mujeres tener una mayor interacción social
fuera de sus hogares y las empodera como constructoras de convivencia. El
deporte ha probado ser especialmente efectivo para incluir a las mujeres en
diálogos de coexistencia comunitaria y en reducir la violencia intrafamiliar.
En el plano individual, es evidente que el deporte promueve
la salud física y mental. La práctica del deporte ayuda a prevenir problemas
cardiovasculares y, a través de la secreción de endorfinas, ayuda a reducir el stress, la ansiedad y la depresión. En
términos de sicología social, el deporte es un excelente vehículo para promover
habilidades como toma de decisiones acertadas, autorreflexión, asertividad y
aprecio por los demás.
Muchas
comunidades alrededor del mundo están utilizando el deporte como herramienta
para construir paz y convivencia. Esto es especialmente relevante en el caso de
Colombia. En muchos lugares, el fútbol apoya la desmovilización, el desarme, la
protección frente a minas anti personales y artefactos de guerra, y ayuda a la
reintegración de excombatientes. El deporte tiene la capacidad de pacificar a
individuos con tendencias a hostilidad y violencia, y devolverle a las
comunidades el sentido de seguridad y normalidad.
En
Colombia, trece organizaciones agrupadas bajo la Red Fútbol y Paz han inscrito a más de 25000 niños, niñas y jóvenes
y sus familias en sus programas. Estas organizaciones utilizan el currículo de Fútbol
por la Paz el cual aplica reglas innovadoras para el juego. Por ejemplo, los
equipos son mixtos y el primer gol del encuentro lo debe anotar una mujer, de
lo contrario no vale. Esto permite aprender desde una temprana edad a incluir,
valorar y motivar a la mujer.
Las
niñas, niños y jóvenes que juegan Fútbol por la Paz lo hacen sin pitos y sin
árbitros, así desarrollan auto control y resolución pacífica de conflictos.
Durante el juego los participantes hacen acuerdos de convivencia sobre valores como
honestidad, aprendiendo a no fingir faltas y otras prácticas engañosas. En los
partidos de Fútbol por la Paz el equipo que gana no es el que más goles anote,
sino el que mejor combine goles anotados con la práctica de valores como
solidaridad y tolerancia. En Fútbol por la Paz es importante aprender a patear
el balón para jugar en equipo y anotar goles, pero también se aprende que
fallar está bien porque nos da la oportunidad de mejorar.
Las iniciativas deportivas diseñadas con fines pedagógicos ayudan a
superar problemas de violencia, pobreza y la exclusión. El deporte es un gran
vehículo, no solo para ocupar productivamente el tiempo libre, sino para formar
ciudadanos responsables y construir comunidades sanas y seguras . Estos beneficios permiten aumentar el capital humano de
una sociedad, a fortalecer el tejido social y acercarnos a la anhelada paz.
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