Las
campanas de la torre empezaron a tocar a rebato y por su cuenta. La gente
entonces se congregó en la plaza, frente a la iglesia, y preguntó a las
campanas:
- ¿A qué se debe tanto
alboroto?
- A que ya es la hora – respondieron las campanas.
- ¿La hora de qué? - preguntó la gente.
- Las campanas respondieron - Ah, ese es
problema de ustedes. Nosotras nos encargamos sólo de dar la hora, ¡pero ya es
hora!
Ya es Hora es un breve cuento del
destacado escritor, periodista, cuentista y diplomático de Lorica, Córdoba,
David Sánchez Juliao, fallecido en el 2011.
El cuento nos invita a reflexionar
sobre lo que hacemos con las horas. Cada hora tenemos la libertad de escoger
nuestras acciones. Podemos actuar decididamente ante las oportunidades o
dejarlas pasar. Podemos determinar nuestra actitud, nuestro comportamiento y
nuestros valores. Los más afortunados podemos elegir nuestra carrera, nuestra
profesión, y casi todos podemos elegir nuestro cónyuge o compañero, nuestra
religión y nuestros amigos.
En Colombia, gracias a nuestro
sistema político abierto y democrático, los ciudadanos podemos elegir nuestros
gobernantes y legisladores.
El 25 de Octubre nos corresponderá
elegir nuestros Alcaldes, Gobernadores, Diputados, Concejales y Ediles.
Independientemente de nuestra preferencia política o ideológica, lo importante
es cumplir con el deber de ciudadano. Para escoger un candidato debemos aplicar
la prueba de fuego: ¿Es honesto y transparente? ¿Es inteligente y competente?¿Comparto
sus valores? Si no encontramos candidatos que pasen la prueba, la alternativa
es votar en blanco. El voto es un deber que todo ciudadano debe cumplir.
Desafortunadamente, en nuestro país
muchas personas venden su voto, lo que equivale a vender su conciencia, su
dignidad, su alma. Entre todas las anomalías que ha
denunciado la Misión de Observación Electoral (MOE) respecto a la jornada
campaña electoral en el Atlántico, una de las más chocantes es el caso de
Candelaria (Atlántico). En este municipio se compran votos por valores que
ascienden hasta los 500.000 pesos por voto. Diógenes Rosero, Director del MOE
en el Atlántico, recientemente indicó que la corrupción electoral estaría
moviendo aproximadamente 40.000 millones de pesos en el departamento.
Otras anomalías están relacionados con el trasteo de
formularios o votantes, práctica que ha ganado mucha fuerza en esta elección.
Según los cálculos del MOE 50000 votantes se moverán internamente en 14 de los
21 municipios del departamento del Atlántico, cambiando su puesto de votación,
siendo Barranquilla y Soledad los mayores expulsores de cédulas. A la fecha 374.625 cédulas han sido anuladas en la
Región Caribe, una de las zonas más azotadas por las irregularidades
electorales en el país. También
se dan fenómenos como compra de jurados, manipulación de tarjeta electoral, y
suplantación del escrutinio.
De esta manera, corruptos humillan a
los más pobres para fines electorales. Como reclama el Gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo: “Les pagan por
su voto, atropellan su dignidad y compran la conciencia. Luego regresa el
abandono por cuatro años más, y la historia se repite; es la esclavitud de
nuestro tiempo.”
En 1810 para poder votar en Colombia
se debía vivir de la renta o del trabajo, y tener
más de 21 años o estar casado. No podían votar los esclavos, las mujeres, los
analfabetas, ni los pobres. En 1954 se le concedió el derecho al voto a las
mujeres.
En
1936 se le concedió el derecho al voto a los pobres. Sin embargo, en la
práctica estos todavía siguen sin votar libremente gracias a aquellos políticos
deshonestos adictos al poder y al dinero.
Las campanas están sonando y, como
dice el cuento de Sánchez Juliao, el problema es nuestro.
Rechacemos a los corruptos; elijamos
bien. Ya es hora.
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