domingo, 18 de enero de 2009

Israel y Hamas

Israel y Hamás 

El día de la salvación vendrá cuando los musulmanes combatan a los judíos, y los judíos se escondan detrás de las piedras y los árboles; y los árboles y las piedras dirán ‘Abdallah, aquí hay un judío detrás de mí, ven y mátalo.’

Artículo 7, Carta Fundacional Hamás

            Hamás es una organización de resistencia nacionalista islámica que tiene como objetivo el establecimiento de un estado islámico en la región que comprende el Estado de Israel, Cisjordania y Gaza. Hamás no reconoce la legitimidad del Estado de Israel ni acepta la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas del 29 de Noviembre de 1947 mediante la cual se estableció la partición de Palestina en dos estados, uno judío y otro árabe. Para Hamás la reconciliación con los judíos solo es posible si estos renuncian al Estado de Israel en su totalidad.

            Hamás apoya la lucha armada y los ataques suicidas contra civiles como medio para el logro de sus objetivos. Este grupo ha introducido a la franja de Gaza un arsenal inmenso de armamentos que incluye más de 1,500 toneladas de misiles para atacar a la población civil israelí. Entre los años 2.001 y 2.007 han muerto 5.767 civiles israelíes como resultado de ataques terroristas – además de 2.665 militares – y han sido heridas otras 8.341 personas. De estos ataques, 140  han sido suicidas en los cuales han muerto 542 civiles. Hamás aparece en la lista de organizaciones terroristas de Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Japón, Australia y la Unión Europea. Desde el año 2.002 la organización humanitaria independiente Human Rights Watch ha acusado a Hamás de cometer crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.

            En Junio 17 del 2.008 luego de meses de mediación por parte del gobierno egipcio, fue anunciada una tegua entre Hamás e Israel. En medio de la tregua, Nizar Rayyan, uno de los líderes de Hamás en forma desafiante comentó públicamente que la tregua les servirá para prepararse para la batalla final porque la existencia de Israel es una ofensa contra Allah, su Dios. Finalmente, Hamás nunca cumplió la tregua; más de 50 misiles fueron lanzados de Gaza hacia Israel entre Junio y Octubre del 2.008. En Noviembre del mismo año, mas de 190 misiles adicionales fueron descargados, marcando así el final de la interrupción de hostilidades.

            Hay que ponerse la piel de un judío corriente de Israel y sentir lo que siente cuando ve volar por los aires los cuerpos desmembrados de centenares de civiles como resultado de un ataque perpetuado por un suicida. Un suicida que se arropa con dinamita para matar niños y mujeres porque le han convencido que como premio irá al cielo donde 72 vírgenes le esperan para servirle. También hay que sentir lo que siente un israelí cuando son destrozados niños saliendo las escuelas o descuartizadas amas de casa en los mercados por bombas o por misiles enviados desde Gaza por Hamás.

            La lucha de Israel no es ni debe ser contra el pueblo Palestino. Este pueblo tiene derecho a tierra, independencia, libertad y paz. Pero eligiendo gobernantes extremistas solo aumentará su sufrimiento, su amargura y su desdicha. Un pueblo como el Palestino, que valora la educación y la cultura, no puede tener a Hamás como su representante.

            El sufrimiento de  la población civil en Gaza por la reciente incursión Israelí es muy doloroso, por demás inaceptable. Pero qué ha de hacer Israel para defenderse cuando el agresor lanza cohetes mortíferos desde mezquitas, colegios y apartamentos, y se refugia entre niños y mujeres, utilizándolos como escudos humanos? Debe el gobierno y el ejército Israelí ignorar a su población que vive en medio del miedo y la zozobra, y que desesperadamente pide protección? O es que pretende Hamás que Israel entregue su territorio? 

            Un territorio que, a pesar de los ataques terroristas, se ha convertido en unos de los lugares mas vibrantes y progresistas que no deja de sorprender al mundo por su extraordinario desarrollo económico, cultural y científico. Un territorio muy pequeño – el 0.1% de la geografía del Medio Oriente – , un oasis donde se permite disentir, donde se les enseña a los niños a amar la vida, donde las mujeres pueden vestir como gusten – con burkha o sin burkha – , donde ellas tienen los mismos privilegios y derechos que los hombres, donde es permitido practicar cualquier religión, o ninguna, donde se respira la tolerancia y la convivencia pacífica.

            Son estos los principios que el islamismo fundamentalista destruye sistemáticamente. Si Israel fuera derrotada, sería derrotada la cultura y la libertad. La lucha de Israel, por mas despiadada que los medios de comunicación quisieran proyectarla, es la lucha de la vida contra la muerte, la democracia contra la dictadura, la libertad contra la represión, la educación contra la ignorancia, y el bien contra el mal.

            Es la lucha de la civilización contra la barbarie.

sábado, 3 de enero de 2009

Disciplina y Grandeza

Disciplina y Grandeza 

“La grandeza no es producto de las circunstancias.

La grandeza es el resultado de determinación y disciplina.”

Jim Collins 

            En el foro mundial de negocios celebrado en Radio City Music Hall en Nueva York en Septiembre del 2008 se presentaron conferencistas de talla mundial como Jack Welch, Michael Porter, Bill George, Muhammad Yunus, Tony Blair, Colin Powell y Madeleine Albright, entre otros. Pero el que más impresionó fue Jim Collins. Las investigaciones de Collins son de tal profundidad y rigor que muchos lo consideran el mejor pensador del mundo en temas gerenciales. De acuerdo con la revista The Economist  (Management Guru, Agosto 8, 2.008), Good to Great de Jim Collins – el libro de negocios más vendido en la historia – es el Harry Potter de la literatura gerencial. Es un texto inmensamente popular, lleno de magia.

            Collins estudia las empresas e investiga porqué algunas son más prósperas que otras. Según Collins, las empresas de desempeño superior se definen como aquellas que logran excelentes rendimientos financieros en forma consistente durante un largo período de tiempo. Collins no mide la excelencia por tamaño sino por resultados.

            Jim Collins sugiere que la construcción de una empresa superior tiene cuatro fases. En la primera fase el líder debe conformar el equipo. Debe retirar a las personas incompetentes y vincular a personas hábiles y capaces. Suena contra-intuitivo, pero Collins insiste en que primero hay que determinar quién y luego qué. Es decir, montar la gente adecuada en el ‘bus’ y luego definir qué camino va a tomar.

            En la segunda fase, las empresas sobresalientes desarrollan un modelo operativo. Una empresa sobresaliente define claramente: 1) en qué actividad va a ser la ‘mejor del mundo’, 2) cual es su pasión y, 3) como se originarán sus beneficios económicos. En esta fase el equipo conformado en la fase # 1 se compromete a una meta ambiciosa y audaz.

            En la tercera fase se asegura la disciplina de ejecución. Según Collins, las empresas superiores las componen personas muy disciplinadas. En las empresas sobresalientes, las personas no ocupan cargos, asumen responsabilidades. Estas empresas no dependen de un milagro, ni de una gran innovación, ni de un golpe de suerte. Dependen de personas comprometidas y competentes, remando en una misma dirección, construyendo ventajas competitivas reales y sostenibles.

            En la cuarta fase, las empresas sobresalientes construyen mecanismos catalizadores de progreso. No dependen de un individuo carismático para lograr resultados superiores. En vez, crean una ambición o una causa que trasciende cualquier persona. En una empresa superior, el líder tiene gran ambición por la causa, sin egoísmos. Una mezcla paradójica de humildad personal y orgullo profesional.

            Las empresas superiores mantienen unos valores ideológicos básicos que nunca cambian pero proponen cambios en todo lo demás. No cambian los principios, pero sí cambian las prácticas operativas y las estrategias. Estas deben adaptarse permanentemente a un mundo que no se detiene. Aún aquellos que no se identifican totalmente con las ideas de Collins deben reconocer que esta forma de ver el cambio – nunca en principios y siempre en estrategias y operaciones – hace mucho sentido.       

            De acuerdo a Jim Collins “la mayoría de las empresas necesitan desesperadamente mayor disciplina. Las empresas mediocres no despliegan una cultura de disciplina. En cambio, las empresas verdaderamente superiores tienen gente disciplinada, con mente disciplinada, tomando acciones disciplinadas.”

            Para Collins, la disciplina no es un ley de negocios; es una ley de grandeza.