domingo, 25 de abril de 2010

El Papel Higiénico y la Económica Venezolana

El Papel Higiénico y la Económica Venezolana

En la tienda “Sentir Cubano” en Miami venden papel higiénico con la cara de Hugo Chávez. El producto está siendo adquirido por Venezolanos y por muchos otros Latinoamericanos quienes utilizan esta forma novedosa para protestar. La persona que ideó el producto, María Vásquez, describe a Chávez como un “dictador que está infectando a Latinoamérica con sus ideas”.

Aquellos que utilizan la cara de Chávez para limpiar la última parte del conducto excretor están protestando porque la vida en Venezuela se ha deteriorado a raíz de las políticas del mandatario. Comprar y utilizar papel higiénico con la cara de Chávez es una manera ofensiva de manifestarse, pero si juzgamos por los indicadores, los contradictores del gobernante Venezolano tienen razones para estar enojados.

Para empezar, hay crisis cambiaria y el país no dispone de suficientes divisas para importar. La moneda Bolivariana se sigue depreciando, el dólar paralelo vale ya más de 7.0 bolívares.

Los productos de primera necesidad que antes eran abundantes en Venezuela, ahora son escasos. El problema se está presentando porque los productores se están viendo obligados a importar materias primas con un dólar de permuta cada vez más caro. Las empresas desaparecen y la economía Venezolana deja de producir los bienes que la población requiere.

La escasez conduce a inflación. En Marzo los precios subieron 2.4% y se estima subirán 36% este año. El aumento de precios hace que la economía pierda competitividad presionando el valor de la moneda hacia abajo. A su vez, la devaluación, inflacionaria por definición, pone en marcha el nefasto remolino vicioso de donde no se sale fácilmente. Ha caído Venezuela en una de las trampas del subdesarrollo.

Para colmo de males, las medidas de emergencia en el frente eléctrico se mantendrán por seis meses más, por lo menos. Para evitar un colapso energético al país le toca seguir racionando. La mala noticia es que los niveles de agua en las hidroeléctricas siguen cayendo aún después del receso extendido que Chávez le dio al país durante la Semana Santa. Si esta tendencia continúa, las turbinas se detendrán y la oferta de energía eléctrica podría caer hasta un 30%.

Por supuesto, esta insuficiencia energética golpea duramente la actividad económica del país. Se estima que mientras Colombia va a crecer el 3.0% este año, la economía Venezolana, en el mejor de los casos, decrecerá 2.0%. Es, de lejos, el peor desempeño económico del continente.

El gobierno Venezolano está considerando emitir bonos para financiar sus obligaciones y salir del atolladero. Probablemente se emitirán bonos de PDVSA – Petróleos de Venezuela S.A. Estos saldrían al mercado en dólares para evitar ejercerle más presión a la tasa de cambio.

Esta emisión la entenderían los analistas como una reducción más de los activos del Estado Venezolano y probablemente reduciría el valor de los bonos de ese país. Pero a Chávez no le queda más remedio que buscar plata para mejorar la economía antes de las elecciones parlamentaras programadas para Septiembre 26, 2010.

Lo más triste es que el dinero no se va a invertir en construir escuelas y bibliotecas, o en proporcionar salud y vida digna a una población cada día más pobre, sino en comprar helicópteros de combate, sistemas de artillería, lanzamisiles, submarinos, tanques de guerra y cohetes para satisfacer el apetito bélico del Comandante.

Venezuela está en el peor de los mundos: inflación, crecimiento negativo y devaluación, todo al mismo tiempo. El apetito de inversión privada es cada vez menor en un país donde la expropiación de los activos privados por parte del Estado está sujeta al capricho de un autócrata estólido.

Las perspectivas macroeconómicas de Venezuela son preocupantes. Mas le vale a Chávez enderezar esta situación porque un pueblo con hambre no resiste tanta ineptitud. La próxima protesta podría no limitarse a limpiarse el ano con la cara del dictador.