lunes, 8 de junio de 2009

Uribe no va al baile

Uribe no va al Baile

“…lo que saca realmente adelante a las naciones no son ni el ímpetu ni la buena voluntad

de sus líderes, sino la fortaleza de sus instituciones.”

Revista Semana

Alvaro Uribe ha sido el mejor presidente en la historia reciente de Colombia. La política de seguridad democrática, columna vertebral de su proyecto de gobierno, ha sido muy efectiva. Todos los indicadores de seguridad han mejorado, la guerrilla ha sido debilitada y miles combatientes ilegales se han desmovilizado. Por el lado económico, si bien es cierto que el desempleo no ha cedido, la confianza inversionista sí ha mejorado notablemente - la IED (Inversión Extranjera Directa) ha pasado de US $1,700 millones al año antes de Uribe, a más de US $10,000 millones.

Su área más cuestionada, la cohesión social, se salva gracias al extraordinario trabajo de uno de los mejores hombres de este gobierno, Luís Alfonso Hoyos, Alto Consejero Presidencial y Director de la Agencia Presidencial para la Acción Social.

Uribe es criticado por ser un micro gerente enfermizo que maneja el país como si fuera una finca – un capataz y muchos peones - , y que por eso aleja de su gobierno a muchas de las mejores mentes. Si bien estas críticas tienen soporte, no podemos dejar de reconocer que nuestro Presidente es un hombre trabajador, competente y honesto. Uribe ama profundamente a la patria y le ha devuelto la esperanza de vida a millones de Colombianos.

Pero Alvaro Urbe Vélez no será candidato a la Presidencia de Colombia en el 2010.

Uribe sabe que una tercera candidatura consecutiva polarizaría su fuerza política, deterioraría su imagen como demócrata y lo colocaría, junto a Chávez y Correa, como irrespetuoso de la institucionalidad. Colombia es un país de vocación liberal y democrática que no ha experimentado regímenes dictatoriales o concentraciones desmedidas del poder ejecutivo. La Constitución de 1991 redactada por indígenas, grupos de izquierda, excombatientes ilegales, minorías religiosas y representantes de los poderes tradicionales, es reconocidamente democrática. A pesar de sus imperfecciones, la democracia Colombiana es la segunda más antigua (no interrumpida) del continente, después de los Estados Unidos. Por eso, no sorprende el diario aumento en la proporción de Uribistas anti re eleccionistas sobre los re eleccionistas. Insistir en una segunda re elección sería muy riesgoso para alguien que ya goza de un sitio de privilegio en la historia democrática Colombiana.

Uribe entiende la importancia de mantener intactas las relaciones con el gobierno de los Estados Unidos. El Presidente Barack Hussein Obama le ha hecho saber al Presidente Uribe que su gobierno no vería bien una segunda re elección. Dada la importancia de las relaciones de Colombia con los Estados Unidos, y la aprobación del TLC aún en dudas, no pareciera conveniente que Uribe ignorara la recomendación del hombre mas poderoso del mundo libre.

Uribe no actuaría en contra de los gremios, los empresarios, la opinión, la iglesia y los intelectuales. La mayoría de los empresarios no son re eleccionistas. El Presidente de ANDI dijo recientemente que no hay que confundir la gran admiración que el sector privado le tiene a Uribe con el peligro de alargar su período más allá de lo aconsejable. Por su parte, el reputado economista y ex Ministro Rudolph Hommes ha señalado que andar cambiando la Constitución para ajustarla al gusto de quien está al mando no es una práctica democrática. El Cardenal Rubiano ha manifestado que después de un segundo mandato es importante que el presidente no aspirara a una nueva reelección. 

Por el lado internacional, Luis Alberto Moreno, Presidente del BID dijo que no está seguro que una nueva reelección sea lo mejor, incluso para el mismo Presidente Uribe. La prestigiosa revista The Economist ha afirmado que si Uribe no desiste ahora que goza de gran popularidad, podría estar atentando contra sus propios logros. El editorial del diario The Washington Post recientemente señaló que sería mejor que el Presidente Uribe dejara el poder para entregarle al país un último regalo: el fortalecimiento del sistema político que el mismo ha trabajado para salvaguardar.

            La gran paradoja es que la Seguridad Democrática sería la mas beneficiada si Uribe desiste de una segunda re elección porque se  estarían resguardando las instituciones democráticas.

            La encrucijada del alma sobre su segunda re elección es solo una hábil frase de distracción para mantener gobernabilidad en un año preelectoral. Nuestro Presidente es demasiado inteligente para acometer semejante despropósito.

            Habilitado constitucionalmente o no, Uribe no va al baile.

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