jueves, 3 de diciembre de 2009

La Segunda Reelección

La Segunda Reelección

Día a día crece la controversia sobre la conveniencia de que la Corte Constitucional apruebe convocar un referendo para una segunda reelección del Presidente Uribe. No es para menos. Es una decisión política de la mayor trascendencia para Colombia.

Lo que está en discusión no es la capacidad del Presidente Uribe, sin duda uno de los mejores mandatarios que hemos tenido en los últimos cincuenta años, ni su política de seguridad democrática, la cual ha traído grandes beneficios al pueblo de Colombia, sino el impacto que un cambio de esta naturaleza puede tener en la estructura de nuestro sistema de gobierno y en los pesos y contra pesos del poder. Aprobar que un Presidente pueda gobernar de manera ininterrumpida por doce años tiene unas repercusiones mucho más profundas de lo podemos imaginarnos a primera vista. Veamos:

La Constitución del 91 fue elaborada por una gran diversidad de fuerzas políticas y sociales. El modelo que se diseñó en ese momento obedeció a la voluntad nacional de crear de un Estado descentralizado, humanista, participativo y pluralista. En la nueva constitución, el régimen presidencial se mantuvo, pero se complementó con un sistema de contra pesos.

El Estado Colombiano cuenta con instituciones que le proporcionan un balance a los poderes públicos, tales como el Banco de la República, la Comisión de Televisión, el Ministerio Público, la Contraloría, el Consejo Electoral. Estos poderes, los cuales son independientes del ejecutivo, permiten un control institucional del Estado que fortalece la democracia.

La reelección presidencial puede afectar el sistema de contra pesos y atentar a la independencia de poderes. Un Gobierno en el poder por 12 años habría sugerido y designado funcionarios en muchos ámbitos afectando el control institucional del Estado. Para modificar la Constitución sin afectar el equilibrio de poderes, se tendría que transformar integralmente, de la misma forma como no se podría eliminar el segundo piso de edificio sin construirlo todo de nuevo.

Un cambio de política de tanta importancia debe ser hecha de la forma mas armónica y consensuada posible. Modificar la Constitución por un mayoría coyuntural podría abrirle la puerta a que los partidos y los líderes populares adopten la peligrosa costumbre de cambiar las reglas de la política a su conveniencia. Por esto, la modificación de aquellas reglas que cambian de manera fundamental el sistema de gobierno de una sociedad debe hacerse por medio de procesos mucho más incluyentes.

La posibilidad de una segunda reelección ha dividido a los seguidores del Presidente. Líderes de la talla de Germán Vargas, Martha Lucía Ramírez, Gina Parody, Rudolf Hommes y Luis Carlos Villegas están en desacuerdo con una segunda reelección. La lista de Uribistas no reeleccionistas es muy grande e incluye a grandes personalidades del arte, la cultura, la academia y los negocios. Quizá por esto el Presidente Uribe no será candidato en el 2010.

O quizá porque el Consejo Nacional Electoral invalide del proceso de recolección de firmas, o porque la Corte Constitucional desapruebe el referendo. O quizá porque el referendo no logre el umbral necesario, o porque el Sí no alcance los votos requeridos.

O quizá simplemente porque el Presidente Uribe es un verdadero demócrata que quiere demasiado al país para hacerle daño.

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