martes, 11 de noviembre de 2008

La Crisis Económica

La Crisis Económica 

“Ten miedo cuando los demás son codiciosos; sé codicioso cuando los demás tienen miedo.”

Warren Buffet

            Ante la crisis financiera que ya se volvió crisis económica, los bancos centrales están inundando de liquidez al sistema bancario. Los gobiernos de los países desarrollados están invirtiendo grandes sumas de dinero para salvar el sistema y han aumentado significativamente los montos asegurados para los ahorradores. Los bancos insolventes han sido capitalizados por los gobiernos o se han fusionado con instituciones financieras mas grandes.

            En el corto plazo, el crecimiento económico global se desacelerará fuertemente. Muchos países experimentarán recesión (crecimiento negativo) y aumentará el desempleo en el mundo. Se agudizarán las problemáticas sociales. Muchas empresas se irán a la bancarrota. El impacto será fuerte y profundo.

            Las medidas que se han tomado para salvaguardar el sistema financiero mundial tomarán algún tiempo para surtir efecto.  Recuperar la confianza de los ahorradores y reducir la incertidumbre va a requerir de mucha paciencia. Se espera que en la medida que se vaya mejorando la disponibilidad de fondos, los mercados de crédito se estabilizarán y retornará la confianza a los mercados de capitales.

            La crisis tiene consecuencias graves pero también viene acompañada de oportunidades. Por ejemplo, las acciones han bajado de precio de manera muy significativa – los índices de las bolsas de valores en el mundo han caído 40% en promedio. Esto representa una gran oportunidad para los inversionistas. Warren Buffet, considerado el mejor inversionista del mundo, señaló recientemente, “las malas noticias son el mejor amigo del inversionista, le permiten comprar un pedazo del futuro a precio de rebaja.”        

            Para las empresas locales también hay oportunidades. El dólar ha recuperado valor abaratando nuestros productos en los mercados internacionales. También, con un dólar más fuerte, Colombia se convertirá en un destino más atractivo para turismo y servicios de salud.

            Al aplazar inversiones en nuevos proyectos por la inminente reducción del consumo, las empresas tendrán la oportunidad de orientar sus energías hacia adentro y mejorar sus procesos operativos. Las organizaciones mas livianas y eficientes serán las ganadoras. Estas podrán alcanzar su máximo potencial una vez las economías retomen niveles sanos de crecimiento.

            Esta crisis ha afectado los precios de las materias primas – ‘commodities’ –  lo cual golpeará la balanza comercial de nuestros países. Pero también reducirá la capacidad desestabilizadora de Hugo Chávez y su posibilidad de exportar políticas económicas regresivas.

            Una buena noticia es que los excesos del sistema financiero Norteamericano no se dieron en Asia, Medio Oriente, Europa del Este, ni en Latinoamérica. Esta crisis, a diferencia de algunas anteriores, no se originó en economías emergentes, sino en las economías más desarrolladas. Esto quiere decir que las finanzas se vienen manejando de manera mas responsable en países en vías de desarrollo. Hemos aprendido las lecciones. De todas maneras, esta crisis afectará a todos los países porque el mundo de hoy es interdependiente gracias a los grandes flujos de capital y a un comercio mundial (exportaciones + importaciones) superior a US $24.5 trillones.

            Desafortunadamente, en las crisis los más pobres salen perdiendo. Ellos y ellas sufren los despidos, sienten los ajustes del presupuesto nacional y les toca soportar condiciones crediticias mas restrictivas. Los ricos tienen acceso a los mercados de capitales y aprovechan su liquidez para comprar acciones por debajo del valor real.

            Una vez se recobre la confianza, la economía del mundo saldrá mas fortalecida: se mejorarán la regulaciones gubernamentales, se evitarán muchos de los excesos y abusos que dieron origen a esta crisis y se limitarán las extravagantes e insólitas remuneraciones a los ejecutivos de los grandes conglomerados financieros. En el futuro, se espera que el público ahorre más, los gobiernos gasten mejor y el crédito se maneje con mayor prudencia y responsabilidad.

            El mundo habrá entendido que delegarle al mercado toda la responsabilidad de construir desarrollo y equidad es un error y que, de la efectiva intervención del Estado, depende un avance económico y social sostenible.

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