martes, 11 de noviembre de 2008

La Primera Infancia

La Primera Infancia

“El mejor momento para asegurar una vida plena es tan pronto como sea posible.”

UNICEF

            En los primeros tres años de vida del ser humano ocurre el mayor desarrollo del cerebro; son estos los años en que se adquieren las habilidades para pensar, aprender y razonar. Está científicamente comprobado que el mayor impacto sobre la salud, el aprendizaje y el comportamiento futuro de una persona reposa en los primeros años de vida.

            Invertir en la primera infancia es clave para una sociedad – allí está el impulso cognitivo, social, emocional y físico de su población. Educación y cuidado en estas edades contribuye a tener trabajadores más productivos, y mejores padres y ciudadanos. De acuerdo a Carol Bellamy, Directora Ejecutiva de UNICEF desde 1995 hasta 2005, “un ambiente pobre de estímulos en los niños en una edad temprana puede llevar a la pérdida de habilidades y procesos del cerebro que muy difícilmente pueden recuperarse más adelante en la vida.”

            Lamentablemente, la gran mayoría de los niños en Colombia están en situación de riesgo. Los riesgos son pobreza (el más común), ausencia de uno o ambos padres, y padres con bajos niveles de educación. En muchos casos los ambientes donde crecen los niños también se caracterizan por abuso, maltrato intrafamiliar y violencia cotidiana. Las ofertas de servicios de cuidado y educación tienen grandes deficiencias en infraestructura y formación del recurso humano. En Colombia solo el 28% de la población menor a cinco años recibe algún servicio de cuidado o educación, siendo esta última la menos frecuente. Sobra decir que los niños de familias de ingresos altos presentan mayores tasas de asistencia.

            Los problemas de calidad y cobertura en educación de primera infancia no se dan solo en Colombia; se dan en toda Latinoamérica, donde el 60% de niños menores de cinco años viven en pobreza. Por esto, un grupo de artistas comandado por nuestra estrella Shakira están buscando beneficios para la niñez desamparada a través de la Fundación ALAS (América Latina en Acción Solidaria). Durante la reciente Cumbre de Jefes de Estado Latinoamericanos se plantearon las bases de un acuerdo regional para impulsar el desarrollo infantil temprano. Estas incluyen la conformación de un grupo regional de trabajo para la primera infancia liderado por ALAS e integrado organismos por multilaterales y ONG’s, incluyendo UNICEF, OMS, UNDP y el Banco Mundial.

            Las estrategias de este trascendental propósito deben incluir educación a los padres sobre la importancia de la primera infancia, establecimiento de unos estándares mínimos de calidad, entrenamiento a educadores, e incentivos para la creación de verdaderas organizaciones capaces de desarrollar y escalar un modelo de intervención innovador y efectivo para estas edades. Estas organizaciones podrían ser públicas, privadas, sociales o mixtas; lo importante es que ALAS tenga un enfoque pragmático, enfatice la ejecución de proyectos y tenga derroteros claros. Esto evitaría que una iniciativa tan importante se quede en las buenas intenciones de unos afamados artistas y en costosos estudios adornando las bibliotecas de las burocracias estatales y multilaterales.

            El premio Nobel de Economía, James Heckman, probó científicamente que las inversiones en primera infancia tienen un retorno social de 16%, 80% del cual beneficia a la sociedad en general. Estos retornos sociales se miden en reducción de crimen y delincuencia, mejor desempeño escolar, mayores posibilidades de empleo y menor dependencia en asistencia estatal.

            Suele decirse metafóricamente que los niños pobres arrancan sus vidas en bicicletas con las llantas espichadas mientras los ricos lo hacen en moto de alta velocidad. Esta realidad no hace sino ampliar y perpetuar las brechas sociales. Si invertimos efectivamente en el desarrollo de la primera infancia podemos empezar a soñar en sociedades más justas, progresistas e incluyentes.

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