domingo, 14 de septiembre de 2008

Re elección de Uribe

Reelección de Uribe: Fiesta para Carlyle

            La posibilidad de una nueva reelección del Presidente Uribe es tema de discusión y debate en los círculos políticos, sociales y económicos del país. No es de sorprenderse; es un tema de mucha trascendencia. Resulta inusual que el gobernante de una sociedad de tradición democrática y liberal como la Colombiana someta la Constitución a reforma dos veces en beneficio de su propia reelección. Aunque 80% de los Colombianos aprueban la gestión de Uribe después de seis años de exitoso gobierno, la mayoría de los líderes académicos, gremiales, políticos, y empresariales no están de acuerdo con someter al país a un nuevo cambio de la Carta Magna para permitir una segunda reelección del Presidente.

            Argumentan los enemigos de la reelección que esta es anti democrática. Ciertamente, utilizar el poder para cambiar las reglas del juego y mantenerse en el cargo es una movida anti democrática, por más popularidad que tenga un Presidente. Es anti democrática porque las elecciones, aunque libres, no serían justas. Los anti reeleccionistas también argumentan que por encima de cualquier persona deben primar las instituciones. Señalan que la prosperidad de una nación no debe basarse en la capacidad de un solo individuo por mas competente, honesto y trabajador que sea.

            Algunas voces mas silenciosas están de acuerdo con la reelección de Uribe. Estos amigos de la reelección son amigos también del pensamiento de Thomas Carlyle, el historiador y ensayista Escocés del siglo XIX. Carlyle señalaba que los eventos caóticos requieren 'héroes' para tomar control de las fuerzas que irrumpen las sociedades. Según Carlyle, cuando las fórmulas ideológicas liberales reemplazan los actos heroicos, la sociedad se deshumaniza. Al igual que el poder por herencia aristocrática, la democracia era absurda para Carlyle. El creía en concederle el poder al mas virtuoso.

            Aquellos que están a favor de la segunda reelección tienen menos fe en los sistemas democráticos puros como solución a los problemas de las sociedades. Para estos, la democracia no es sinónimo de bienestar porque líderes elegidos democráticamente muchas veces resultan corruptos, ineficientes, irresponsables e incapaces de adoptar las políticas que demanda el bien común. Esto ocurre con mayor frecuencia en países con PIB per capita menor a US $6.000. Democracia pura en países pobres puede dar paso a líderes anti liberales y tiránicos. En África, por ejemplo, se han realizado mas de cincuenta elecciones multi partidistas en los últimos quince años, pero pocos son los países que pueden ser considerados ‘libres’. En cambio, países exitosos del oriente como Corea, Taiwán, Tailandia y Malasia, adoptaron el capitalismo y el orden legal primero, y décadas después, elecciones libres.

            La reelección de Uribe puede sonar anti democrática y abusiva, pero para los que están de acuerdo con el héroe Carlyliano, este régimen, si se reelige, puede traer seguridad y orden, tolerancia ideológica y liberalización económica, factores claves para crear una sociedad incluyente, justa y progresista. Hay veces menos democracia conduce a más libertades. Paradójico, pero no por eso menos cierto.

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